15/4/12

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De los paseos de Canetti por Marraquech (libro delicioso) paso, no se sabe cómo, a su Auto de fe, novela. La única de Canetti. Confirma en el prólogo Ignacio Echevarría que es, en efecto, una obra insoportable. Es algo de lo que presumía mucho Canetti, recordando claro que El rey Lear también era bastante insoportable, no se sabe si más, menos, o igual de insoportable. Se da a entender que igual de insoportable.

Fue escrita en 1936, en Viena creo. Ahí se gestó el siglo XX; todo penumbra.

Llevo doscientas benditas páginas y tengo que decir que es, efectivamente, un tanto insoportable. No insoportable como el Ulises de Joyce, que es un simple rollo insoportable, un diccionario simpático de estilos. No, esto es una pesadilla muy bien escrita, una comedia/ tragedia con muchos interiores alfombrados, esquinas oscuras y mujeres almidonadas. Hay momentos casi solanescos en el que los frailes siempre parecen estar a punto de sacar sus culos por la ventanas y defecar insoportablemente sobre los que pasan por debajo. Es una atmósfera muy kafkiana, pero aquí no hay piedad. Una escritura entre clásica y alucinada. Haceros una idea; el protagonista es el señor Burns de Los Simpsons que en lugar de dinero tiene su biblioteca. Una cucaracha sabia, el llamado hombre/ libro.

Nada más por ahora. El resto son errores de interpretación. Nadie entiende a nadie. Y cuanto más hablan menos se entienden, cosa por lo demás bastante realista.

Los personajes son muñecos ridículos; sólo así se puede seguir leyendo.


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